viernes, 21 de marzo de 2014

Memorias de un amigo imaginario


Título original: Memoirs of an Imaginary Friend

Autor: Matthew Dicks
Páginas: 432
Editorial: Nube de tinta



Si existo es porque Max cree en mí





    Max sólo tiene 8 años y no es como los demás niños. Él vive para adentro y cuanto menos le molesten, mucho mejor. No le gustan los cambios, las sorpresas, los ruidos, que lo toquen y que le hagan hablar por hablar. Si alguien le preguntara cuándo es más feliz, seguro que diría que jugando con sus legos planeando batallas entre ejércitos enemigos. Max no tiene amigos, porque nadie lo entiende y todos, hasta los profesores y sus propios padres, quieren que sea de otra manera. Sólo me tiene a mí, que soy su amigo desde hace cinco años. Ahora sé que Max corre peligro y sólo yo lo puedo ayudar. El problema es que Max es el único que puede verme y oír. Tengo mucho miedo por él, pero sobre todo por mí. Los padres de Max dicen que soy un "amigo imaginario". Espero que a estas alturas tengas claro que no soy imaginario.


    ¿Por qué la mayoría de los adultos nos empeñamos en decir que una cosa no existe sólo porque no la podemos ver? ¿Por qué la mayoría de los adultos intentamos acabar con los amigos imaginarios de los niños? ¿Por qué mantener esa ilusión parecería una locura? ¿Por qué aquello que escapa a la razón y a los sentidos nos parece una locura? Puede que lo sea, o puede que no, ¿quién sabe? Memorias de un amigo imaginario no sólo nos habla de la capacidad de imaginación de un niño, sino también nos muestra un relato existencial tanto de aquello que sabemos que es real como de aquello que consideramos imaginario o inexistente.

    El porqué escogí este libro y no otro de entre las montañas de libros de la librería fue porqué de pequeña fui una de esas niñas que tuvo un amigo imaginario. no es que no tuviese amigos en el colegio. Los tenía, pero, fui hija única hasta los 8 años, así que, supongo, creé un amigo con quien jugar en casa.

    Memorias de un amigo imaginario cuenta la historia de Budo, un personaje que puede parecer real pero que, en realidad, sólo es fruto de la imaginación de Max, un niño de 8 años, que en lugar de vivir hacia fura, vive hacia dentro. Un niño que es feliz jugando con sus soldaditos o sus legos. Max no tiene amigos, sólo a Budo. Nadie lo entiende, sólo Budo. Todos quieren que sea de otra manera, que sea un niño normal, sólo Budo quiere que sea él mismo. 
Hace cinco años que Max y Budo comparten sus vidas. Viven su día a día con especial monotonía. Todo aquello que cambia la rutina hace que Max se bloquee. Pero todo está a punto de cambiar para ellos. Un buen día Max desaparece, y sólo Budo puede ayudarlo.

    Memorias de un amigo imaginario es una historia emotiva sobre la amistad y el amor narrada en primera persona. Es un relato existencial que nos hará preguntar el motivo de nuestra propia existencia. Nos hará pensar si debemos ser egoístas y vivir o, por lo contrario, debemos ayudar a los demás y arriesgarnos a morir. Nos hará pensar que es real y que es producto de nuestra imaginación.

    Memorias de un amigo imaginario nos hará reír, pero también nos hará llorar. Nos hará reflexionar sobre quiénes somos y que debemos hacer. Nos hará recordar nuestra infancia y nos mostrará como la dejamos atrás.






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